Bebé data: conectados desde la cuna

¿Te imaginas estar 24 horas controlado? ¿Te imaginas tener un sistema asociado que te controle tus constantes vitales, tu temperatura, la profundidad de tu sueño, o incluso, el color de tus heces?

¿Qué es un bebé data?

Para muchos padres primerizos (y para los que no lo son, también) todos estos dispositivos como pañales, bodies o tobilleras permiten monitorizar al bebé, facilitar el cuidado de sus hijos y tener en todo momento controlada la salud de los pequeños. Todo ello en tiempo real, pues están conectados a dispositivos móviles como smartphones o tabletas y les envían alertas de las variaciones que se producen en cada una de las variables.

No se trata de padres “hipertecnologizados”, sino de personas normales que ya viven conectados a pulseras y aparatos que miden sus constantes vitales, cuyos datos recogen en aplicaciones que les devuelven estadísticas de cuántas calorías han quemado o la medía de pulsaciones que han tenido a lo largo del día. Por tanto, su única finalidad es aplicar métodos parecidos para garantizar el bienestar de sus hijos.

bebé dataEjemplos hay muchos. Existen aplicaciones que permiten registrar información de los bebés relacionada con el sueño, la alimentación o la medicación mediante cuentas de usuario diferentes que se sincronizan y permiten intercambiar mensajes entre ellas con el fin de facilitar la comunicación de los padres con otros familiares que cuidan de los niños o el personal de la guardería.

También podemos encontrar dispositivos que, mediante la monitorización de constantes vitales del bebé y otros factores, permiten predecir posibles problemas de salud de los pequeños, como cardiopatías y trastornos del sueño.

Sin embargo, el uso excesivo de este tipo de tecnología también puede ser contraproducente, pues puede provocar “obsesiones” desmedidas de los padres por controlar todos estos factores y condicionar su vida para conseguir que todas las variables se sitúen dentro de los rangos considerados normales. También los pediatras han advertido de la poca utilidad que tiene la monitorización de niños sanos, pues no se ha demostrado que permita predecir ni anticiparse a determinados hechos como puede ser el Síndrome de la Muerte súbita.

Solo queda preguntarnos ¿Es realmente útil recoger tanta información de los niños? ¿Sabemos a dónde va a parar toda la información recogida?

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