¿Anuncios polémicos o estrategia de marketing?

Hace algunos días ColaCao lanzó un anuncio promocional en televisión para anunciar uno de los productos. En él aparecen distintas escenas y en una de ellas la espuma de la bebida se convierte en el pelo rizado de un hombre negro. Muchos acusan de racista este anuncio y la polémica no tardó en pasar a las redes sociales bajo el hashtag #ColacaoNosInsulta. La periodista Lucía Mbomio publicó en su perfil una crítica de todos los anuncios lanzados por la marca: desde ese primer anuncio donde un dibujo animado cantaba eso de “yo soy aquel negrito del África tropical que cultivando cantaba la canción del ColaCao” hasta ese en el que tres futbolistas cantan sonrientes la misma canción. Las reacciones de la gente no se hicieron esperar y hubo miles de respuestas en las redes sociales.
Unos días después, la famosa marca de cosméticos Nivea también saltó a la palestra acusada de racismo porque para la promoción de un desodorante antimanchas utilizó el slogan «White is purity» (El blanco es pureza). Tras las protestas de unos y el ensalzamiento del mensaje llevado a cabo por algunos grupos de extrema derecha, la compañía decidió retirar el anuncio y en un comunicado mostró preocupación “por la discriminación étnica”.
Estos son solo algunos ejemplos pero la historia de la publicidad está llena de anuncios polémicos. También es posible que anuncios que en su contexto histórico y cultural parecían de lo más inocentes, ahora nos parezcan políticamente poco correctos. ¿Quién no se sorprende al ver los anuncios de hace algunas décadas donde el papel de la mujer queda marcadamente relegado a la casa y a servir a su marido cuando este llega de trabajar? ¿O aquellos anuncios explícitos de tabaco en televisión y vallas publicitarias?

Tanto si la intención de crear polémica es intencionada o no, lo que está claro que uno de los objetivos de la publicidad es llamar la atención y que se conozca la marca.

«No importa que hablen mal o bien, lo importante es que hablen»