En el mundo tanto del marketing tradicional, como del marketing digital definir el público objetivo y los futuros clientes de una empresa es una de las tareas más importantes para alcanzar las metas que nos proponemos.
En primer lugar, el público objetivo es un grupo de personas que tienen características generales iguales o parecidas que consumen o necesitan el producto o servicio que nosotros como empresa ofrecemos, por ello es tan importante saber cuál es nuestro público objetivo y cuál es la manera más eficaz de llegar a él.
¿Cómo definir tu público objetivo? 7 etapas para lograrlo.
1.- Investigar a tu audiencia.
El primer paso para saber quién quiere comprar el producto o servicio que tú ofreces, es profundizar y conocer a aquellas personas que ya son tus clientes. Cuando estudiamos a los clientes que ya tenemos, podremos captar un nuevo público que tenga las mismas o muy parecidas características. Una de las maneras más fáciles y eficaces de hacer esto es recolectar datos a través de pequeños cuestionarios para tener un perfil general del público al que estamos llegando.
Algunos de los datos básicos que debes recolectar de tu audiencia, serían:
- Edad: podemos dividirlo en tramos de edad, o por generaciones. No compra igual una persona en edad adulta que un adolescente.
- Ubicación: conocer en qué lugar reside tu cliente, te permitirá acotar mucho más las acciones comerciales y anuncios publicitarios para que estos tengan una visualización óptima y llegues a la meta.
- Intereses: además de los productos o servicios que ofreces, ¿qué otros intereses o gustos tiene tu público objetivo? ¿Les gusta el deporte, la gastronomía, comprar por internet…?
- Intención de compra: es una de las partes más importantes, y deberás conocer cómo realiza la búsqueda de productos cuando visita tu página web, qué filtros utiliza si es que lo hace, si le da más importancia al precio o a las características del producto o servicio…
2.- Analizar las redes sociales.
Estudiar las redes sociales de tus clientes para después establecer un patrón de lo que podría llegar a hacer tu público objetivo, es vital en esta tarea. Las analíticas de redes sociales nos permiten tener una visión más amplia sobre los gustos, preferencias, interacciones que transmiten estos en las redes sociales.
3.- Estudiar a la competencia.
La competencia siempre aporta algo, y ésta podría ayudarnos a definir mejor nuestro público objetivo y así conocer si la competencia persi
gue los mismos objetivos que nosotros. Por ejemplo, quizá la competencia haya decidido ampliar su segmentación, y tú podrías hacer lo mismo.
4.- Dar valor al servicio o producto que ofreces.
Debemos tener claro cuál es el valor real del producto o servicio que ofrecemos. Deberemos entonces conocer, explorar y crear un valor para satisfacer las necesidades de tu público objetivo, esa solución que arregla el problema que tiene tu público. Además, definir los beneficios que otorga el producto también te ayudará a dar con tu público objetivo, ya que a medida que vayas creando la lista de beneficios, verás de una manera mucho más clara a qué tipo de público debes dirigirlo.
5.- Confirmar tu mercado meta.
Cuando has recabado todos los datos de la investigación, tendrás claro el tipo de público objetivo con el que trabajarás y podrás diseñar diferentes estrategias para hacer llegar los productos o servicios que ofreces a ese público.
6.- Establecer una campaña o anuncios visuales acordes a tu público objetivo.
Cuando ya hayas definido tu público objetivo, deberemos probar las estrategias de marketing y anuncios de publicidad. Por ejemplo, podremos probar con anuncios en redes sociales segmentados a ese público objetivo. Además, no es lo mismo un anuncio visual para una determinada edad que para otra, o para personas con distinta condición socioeconómica. Eso deberemos tenerlo en cuenta a la hora de diseñar nuestra campaña.
7.- Medir y revisar el público objetivo constantemente.
Deberemos revisar constantemente los resultados que hayamos obtenido desde que empezamos a definir el público objetivo. Contamos con información que a priori no teníamos, entonces nos será más sencillo evaluar los cambios que deberemos hacer en caso de que algo no funcione, o establecer mejoras. Además, con el tiempo el público objetivo puede llegar a cambiar, por lo que la investigación debe estar actualizada.
Nacho Figueroa
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